Compartiendo reflexiones sobre modelos de turismo más responsables

Compartimos contigo en este post las reflexiones a partir del artículo de Blanca Crespo Arnold publicado en El País el pasado 6 de julio de 2021 y titulado “Este verano (y siempre…) viajemos a un mundo mejor”.

Nace un nuevo modelo de turismo: concienciado y respetuoso

Blanca  nos invita a reflexionar sobre la toxicidad de un modelo de consumo que ha imperado durante décadas, arrastrando todo a su paso sin importar las consecuencias económicas, sociales y ambientales. Pero que no cunda el pánico, porque se empieza a vislumbrar un nuevo modelo, concienciado y respetuoso que nos permite, sin pecar en exceso, ser optimistas con respecto a un cambio tan necesario en todos los ámbitos.

La democratización asociada al turismo de masas se ha llevado a cabo a costa del planeta, sus ecosistemas y en última instancia, nosotros mismos. Por ese motivo, debería ser posible tener una industria de viajes ética, sostenible y respetuosa con el territorio que nos rodea.

Recuperar el turismo como intercambio en el que todas las partes ganan

Desde hace 200 años, el concepto de viaje ha sufrido una evolución significativa. Poco queda de aquellas largas expediciones que se realizaban, en las que los viajeros ante lo desconocido se enfrentaban con otra filosofía de vida e incluso una visión más romántica y holística que en la actualidad. Con la emoción de llenar las maletas de conocimientos adquiridos gracias al descubrimiento de nuevas culturas, paisajes y por supuesto, sus gentes.

El viajero era considerado como una moneda de cambio para los locales puesto que la huella que dejaban era una especie de intercambio de conocimientos, por lo tanto, ambas partes ganaban.

El “sistema” turístico necesita ética, sostenibilidad y visión de humanidad

Pero entonces, todo cambió y llegó la sociedad del consumo, la que pretende rentabilizar cada trozo de tierra y cada espacio que encuentra a su paso, con sus sistemas capitalistas donde hasta el agua, cotiza en Bolsa. Después, aparecieron los “souvenirs”, para que cada turista o visitante no olvidara donde había estado, las agencias de viajes y los vuelos “low cost”, de aviones que hacen parada para dejar y recoger de nuevo al instante.

Evidentemente, estas acciones están muy lejos de crear ese idílico intercambio de antaño. La sociedad actual se está homogeneizando de tal manera por el capitalismo que es difícil discernir donde te encuentras, si mires donde mires solo están las típicas marcas de ropa y restauración internacionalmente conocidas…

Las consecuencias de este nuevo modelo low cost son devastadoras para el medio ambiente y, yo añadiría aquí, para el mercado laboral también-, ya que solamente la aviación es la responsable del 3,5% del calentamiento global hasta la fecha y las emisiones van en aumento debido a la alta demanda (menos el año de la pandemia). Tal y como denunció la campaña Stay Grounded.

Como se puede ver en el gráfico, en el año 2018 la aviación representó el 5,9% del total del calentamiento global. Esta campaña, pretende fomentar un apoyo mutuo junto con experiencias y planes para la reducción del impacto negativo que este sector provoca. Cabe destacar, que la campaña fue impulsada por 160 iniciativas en todo el mundo y en España, se realizó otra denominada “Quédate en tierra” por parte de Ecologístas en Acción.

Una propuesta interesante: Menos viajes pero más largas estancias y “staycations”

Así la apuesta pasa por combinar sentido común y responsabilidad individual y colectiva. Prácticas como alargar la estancia genera impactos más positivos y contribuye a aminorar las emisiones: viajar menos pero durante más tiempo. Tambien el turismo de proximidad –las llamadas “staycations” que nos hacen redescubrir rincones totalmente desconocidos que están muy cerca de nuestros lugares de residencia y que ahora, con la crisis sanitaria, hemos tenido la oportunidad de descubrir.

¿Y qué provoca este nuevo modelo de turismo de masas?

Aparte de la ya nombrada contaminación, que es un factor imprescindible a tener en cuenta si se quiere cambiar este modelo, el impacto va mucho más allá. Todos hemos sido testigos del rastro de las costas consumidas por los ladrillos, de aguas contaminadas por desechos e incivismo de una producción desmesurada e insostenible que solo busca su propio beneficio. Añadiría aquí también las condiciones laborales de los que tienen que dar servicio a este tipo de clientela de masas.

Y, por si fuera poco, la problemática del plástico, no olvidemos la ingente cantidad de residuos plásticos que están poblando las costas y los mares de todo el mundo, esos productos de “usar y tirar” que son como una plaga. Pero una en la que solo unos pocos son los que acumulan más capital a cambio de una producción con bajos costes, volatilidad de destinos con el consecuente impacto en las comunidades locales y sus ecositemas, sin olvidar, la creación de empleos precarios.

Por este motivo, se busca dar visibilidad a innumerables alternativas sobre consumo responsable en diversos sectores, no solamente en el turismo, sino también en salud o alimentación. Para ello, se ha creado una serie de podcast de MeCambio sobre alternativas de consumo y promovida por los Mercados Sociales.

¿Solución? Tomar el camino del turismo responsable

Tal y como se explica en el anterior podcast, existen alternativas. No hay excusas para cambiar el rumbo sin renunciar a unas merecidas vacaciones y, de este modo, llegamos al concepto de turismo responsable. En este punto, hay que destacar la definición que del mismo extraen Jordi Gascón y Ernest Cañada autores de Viajar a todo tren: Turismo, desarrollo y sostenibilidad, pues para ellos es “un movimiento social que busca la sostenibilidad tras el fenómeno turístico”

Al principio es posible que parezca una proeza encontrar y diferenciar las iniciativas que realmente garantizan que nuestras vacaciones son responsables. Afortunadamente, cada día la información es creciente y variada en este sentido. También es cierto, que el llamado “greenwashing” está a la orden del día, es una práctica en la que las empresas “venden” una imagen de compromiso hacia la sostenibilidad que no llevan a cabo en la práctica. Por eso, debemos investigar a fondo para asegurarnos de que lo que dicen que hacen, realmente es así. Para ello, existen las certificaciones y sellos que nos ayudan a confirmar que es un producto ético, sostenible y responsable.

Segundo Mundo RSCC te guía hacia el camino del turismo responsable

Segundo Mundo RSCC trabaja desde 2011 para unir a personas y organizaciones con el propósito de construir juntos un mundo más verde, más humano, más responsable y sostenible. “Segundo Mundo” es la alternativa al primer, tercer, cuarto mundo… el mundo que construimos cada día desde nuestra responsabilidad individual y de acuerdo con nuestra posibilidades.

A través de este blog, de la docencia en diferentes universidades y de la colaboración con organizaciones –tanto pública como privadas-, incluyendo tercer sector, unimos voluntades y compromisos para avanzar hacia modelos sostenibles económica, social, cultural y medioambientalmente viables.

Muchas gracias por leernos hasta aquí.

Te deseamos un muy feliz verano y hasta pronto!

Escrito por Laura Cuenca Sáez

Estudiante en prácticas de Segundo Mundo RSCC

Máster Universitario en Dirección de Empresas Turísticas – Turismo Responsable y Sostenible (CETT-UB)

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